Marc Riboud me fecit (1953)
Esta bellísima fotografía me trae tantos recuerdos (así de cosas que sucedieron como de menesteres que se dieron tan sólo en mi imaginación) que al verla me sentí insoslayablemente identificado con ella. Describe a la perfección mis diversas y dispares inquietudes, a la vez que engendra más, y en ello radica el poder de una quimera: su ambigüedad le permite huir de lo estático y transformar su forma y apariencia, que no su fondo y escencia. Tan encontrados temas se dan cita en esta sola imagen, que está muy por demás siquiera dar inicio a su enumeración. Hoy es tiempo de dejar que la imagen hable por sí misma...
No hay comentarios:
Publicar un comentario